sábado, 8 de noviembre de 2008

Ciudad medieval y ciudad renacentista

La ciudad medieval.
Según Jacques Heers la ciudad medieval no responde a un modelo único, cada ciudad es distinta a las demás, tiene sus propias características fruto de "una personalidad continua, constantemente renovada y en definitiva nunca concluida". Es cierto que ni las motivaciones creadoras, ni el papel desempeñado en los entornos donde se ubican, ni el desarrollo o crecimiento que alcanzan es similar para todas ellas. Sin embargo las ciudades por muy diferentes que sean entre sí, tienen todas ellas elementos comunes que las definen como tales y las distinguen de otras realidades. En primer lugar el origen de su creación suele ser un documento fundacional redactado por el monarca o señor del territorio en el que quedan establecidas las condiciones de la relación que va a establecerse entre él y los pobladores del nuevo lugar. En segundo lugar se elige para su establecimiento un emplazamiento deshabitado en el que crean un hábitat concentrado y cerrado en contraposición con el sistema abierto y disperso del mundo rural.




La combinación de estos dos elementos genera una realidad espacial, jurídica y social totalmente diferente al entorno en el que se ubican. El desarrollo del documento fundacional que establece los privilegios del nuevo grupo social, creará una sociedad totalmente diferente: en cuanto a sus libertades personales; en cuanto a sus actividades económicas, que dejan de ser exclusivamente agrícolas para poder dedicarse a los trabajos artesanales y al comercio; y en cuanto a su autonomía, ya que tendrán la capacidad de autogobernarse por medio de la elección de sus cargos concejiles. No obstante estas desigualdades sustanciales, el nuevo grupo urbano siente la necesidad de acrecentar las diferencias dejando bien patente, desde el punto de vista físico, y espacial, que quieren ser otra realidad. Para ello construyen sus viviendas agrupadas en un espacio que cercarán de inmediato para protegerse de los enemigos y también para diferenciarse y no confundirse con los no privilegiados.

La ciudad medieval en el gótico
La construcción de catedrales góticas estuvo precedida, desde el siglo XI, por una renovación urbana sin precedentes, cuyo origen está en la nueva expansión económica e industrial de Europa. La ciudad medieval fue en general el resultado de la iniciativa de los comerciantes, preocupados por garantizar su independencia con respecto al poder feudal y por asentar el poder municipal con el fin de favorecer la producción, el comercio y los intercambios en el interior y el exterior. Los poseedores de esta riqueza se protegían detrás de poderosas fortificaciones (Siena, siglo XI; Carcasona, 1240-1285), que podían englobar una fortaleza condal (Brujas, siglo XI) o real (Louvre, París, 11801210). La defensa estaba encomendada a milicias burguesas mantenidas por los acaudalados habitantes que ejercían el poder municipal, que era todo menos democrático.
Obligada a desarrollarse dentro de este recinto, la ciudad medieval era necesariamente de gran densidad. La red viaria, en la mayoría de los casos, no tenía trazado geométrico salvo en las fortalezas construidas, en el sur de Francia, sobre un plano ortogonal: Montpazier (1284). Más bien estrechas, de amplitud y trazados irregulares, las calles se oponían a la plaza principal que se extendía a los pies del ayuntamiento, dominado por su torre almenada, símbolo del poder municipal (plaza del Campo Siena, 1297-1310). En Lovaina el exuberante decorado del ayuntamiento (1447-1463) es una metáfora de la opulencia burguesa.
En las ciudades importantes, la plaza del mercado era distinta de la del ayuntamiento. Más aún, las ricas ciudades mercantiles de Flandes construyeron inmensos y suntuosos mercados que incluían almacenes y dependencias, como es el caso de Ypres (1202-1304) o de Brujas (siglos XIII y XIX).
Cerca de estos lugares, la catedral profusamente decorada pero de accesos poco despejados, no aparecía como un objeto aislado, salvo en Pisa. Estrechamente articulada con su entorno, realzaba los espacios y exaltaba con su esplendor y sus múltiples funciones las aspiraciones de identidad de la ciudad. La ordenación de la ciudad medieval es ajena a cualquier planificación. Sin embargo, en Siena, por ejemplo, las calles principales siguen las tres líneas de los desniveles del emplazamiento, en una relación orgánica con la topografía. Además, todas las ciudades importantes se ordenan mediante reglamentos. Siempre refiriéndonos a Siena, el Ufficiali dell' Ornato (Oficina de Ornamentación) controlaba la organización de las calles. la calidad de las fachadas de las casas; en Londres. a partir del siglo XII la Alcaldía regulaba la construcción de casas privadas obligatoriamente de piedra y dos plantas.
En casi todas partes el uso habitual de procedimientos constructivos sistemáticos contribuyó, integrando los diferentes programas y tipos arquitectónicos, a la cohesión del paisaje urbano. En los siglos XIV y XV, cuando los grandes encargos religiosos se agotan, la demanda arquitectónica proviene cada vez más de la alta aristocracia y de la gran burguesía de los negocios o la banca, quienes fundan instituciones asistenciales Hospital de Beaune, de Nicolás Rollin, en 1443), que en algunos casos se orientan hacia el prestigio, a veces de forma insolente. Por ejemplo, el hospital Jacques-Coeur, de Bourges (1443-1453), que revela la calidad arquitectónica y el nivel de lujo propio de esa sociedad burguesa, algunos de cuyos miembros habían sido ennoblecidos. Se comprende así el grado de complejidad y de refinamiento alcanzados por la cultura urbana de finales de la Edad Media.


La ciudad renacentista
La ciudad renacentista representa un ideal de grandiosidad para los lugares públicos y las estructuras cívicas. En un marcado contraste con las calles estrechas e irregulares de los asentamientos medievales, la planificación renacentista hizo hincapié en calles amplias que respondían a un patrón radial o circunferencial regular, es decir, calles que formaban círculos concéntricos en torno a un punto central, con otras calles que partían desde ese punto como si fuesen radios de una rueda. Estos diseños del urbanismo renacentista fueron los utilizados en las ciudades españolas y británicas establecidas en el Nuevo Mundo en los siglos XVI y XVII, como se puede ver en Savannah (Georgia), Williamsburg (Virginia), Ciudad de México y Lima, en Perú. Ciudad de México había quedado destruida durante la conquista, pero fue el mismo Hernán Cortés quien ordenó su reconstrucción.
La ciudad ideal renacentista, una cuadrícula abierta que, en el caso español se abría en torno a un espacio central o Plaza Mayor, fue el modelo que aplicó en los dominios hispanos, siguiendo las reglas recogidas en las 'Leyes de Indias' (1573). La labor de urbanización llevada a cabo fue inmensa, sólo comparable con la realizada con antelación por el Imperio romano.
En sus inicios, el urbanismo estadounidense reflejó también la preferencia por las avenidas y edificios públicos grandiosos. Los ideales de grandiosidad pública y de calles radiales y circunferenciales se extendieron hasta el siglo XIX, tal y como se puede ver en el plan seguido para la reconstrucción de París (1850-1874) por el administrador francés Barón Georges Eugène Haussmann. Durante este siglo, en plena Revolución industrial, los pocos modelos que fueron introducidos dejaron con frecuencia de lado las consideraciones físicas y estéticas. A finales del siglo XIX, el crecimiento descontrolado de las grandes ciudades desembocó en un grave problema de superpoblación y en una multitud de problemas derivados. La reacción ante estas condiciones sentó las base de una nueva era dentro del urbanismo

jueves, 6 de noviembre de 2008

La guerra de los cien años

En la última centuria de la Edad Media se produjo una larga contienda entre Francia e Inglaterra, conocida históricamente como Guerra de los Cien Años (1337-1453) –aunque el comienzo y fin de las hostilidades exceden los “cien años”, la lucha efectiva, es decir, sin tener en cuenta los periodos de paz, no llegan a la centuria.-Ambos países fueron llevados a la lucha por tres factores principales:La enemistad que existía entre ellos desde la época de los Plantagenet, por los dominios que estos habían obtenido en territorio francés. En el momento de iniciarse el conflicto, los ingleses solo poseían la Guyena, feudo que los Capeto ambicionaban ocupar.
Las pretensiones de Eduardo III, rey de Inglaterra, para ocupar el trono de Francia. (Como siempre los ingleses ambicionando lo que no les pertenece). En 1328 murió Carlos IV, hijo de Felipe el Hermoso, sin dejar descendencia masculina, con lo cual se extinguió la dinastía de los Capeto y los franceses quedaron sin rey. Sin embargo, Felipe el Hermoso tenia una hija casada con el rey de Inglaterra, y el descendiente de este matrimonio, llamado Eduardo III, se considero heredero del trono francés por línea materna.Para no ser gobernados por un monarca que consideraban extranjero, los franceses aplicaron la antigua “ley sálica”, que excluía a las mujeres de la herencia, y nombraron rey a Felipe VI de Valois, sobrino de Felipe el Hermoso.No contento con esto, el monarca ingles, haciendo oídos sordos a lo resuelto por los franceses, elevo formal protesta, y al no obtener contestación satisfactoria, inicio la contienda para defender su “derecho” por las armas.
Los flamencos reconocieron inmediatamente a Eduardo III como rey de Francia, porque estaban ligados económicamente con los ingleses, quienes les suministraban lanas para sus fábricas de paños. La alianza de Flandes con Inglaterra era peligrosa para la integridad de los dominios franceses.Así da inicio la extensa y sangrienta “Guerra de los Cien Años”, que comienza con triunfos ingleses, pero que afortunadamente finaliza con resonantes victorias francesas.
La contienda comenzó en 1337, cuando Felipe de Valois se apropio de la Guyena, en represalia por la alianza de los ingleses con los flamencos.
Eduardo III ordeno la salida de la escuadra inglesa, la cual derroto a la fuerza naval enemiga en la batalla de la Exclusa (1340), en las proximidades de Boulogne. Posteriormente, y contando con el dominio de las aguas, los ingleses desembarcaron en Normandia y derrotaron a los franceses en la importante batalla de Crecy (1346). Los vencedores ocuparon luego a Calais, que se rindió después de once meses de sitio. La lucha debió interrumpirse por los estragos que causaba en Europa la terrible epidemia conocida por “La Peste Negra”. En 1350 murió Felipe VI y fue sucedido por su hijo Juan II el Bueno, gobernante sin condiciones para el mando. Este fue derrotado y tomado prisionero en Poitiers (1356) por el Príncipe Negro, hijo del monarca ingles, llamado así por el color de su armadura.
Prisionero el rey, asumió la regencia de Francia su hijo el Delfín Carlos, quien debió dominar una revolución en Paris y el levantamiento de los campesinos denominado jaqueria.Descontentos contra los nobles y sin rey que gobernase, los burgueses se levantaron en armas y eligieron jefe a Esteban Marcel, quien pretendió apoderarse del gobierno, pero el Delfín, apoyado por la nobleza, pudo dominarlos.En forma simultanea se produjo una sublevación popular llamada jacquerie (de Jacques, apodo burlón que los nobles daban a los campesinos) motivada por el mal trato a que eran sometidos los trabajadores del campo. Sin embargo, y como siempre pasa, la revuelta fue cruelmente sofocada.
Sin fuerzas suficientes como para emprender la guerra con éxito, Carlos firmo con Eduardo III la paz de Bretigny (1360). Por ella, Juan el bueno recuperaba la libertad a cambio de un rescate de tres millones de escudos de oro y además entregaba a Inglaterra el territorio occidental de Francia.A Juan el Bueno le sucedió Carlos V (1338-1380), monarca prudente y hábil que se propuso terminar con la anarquía que asolaba toda Francia.Hasta esa época, la gran mayoría de las tropas que utilizaba Francia e Inglaterra eran mercenarias, es decir, formadas por hombres que hacían de la guerra una profesión. Cuando las hostilidades se suspendieron por la paz de Bretigny, estos efectivos decidieron organizarse (sin tener en cuenta su nacionalidad) y asaltar las ciudades y castillos del territorio francés para obtener un rico botín.
Estas bandas se llamaron compañías blancas, ya que sus integrantes llevaban una cruz de ese color en el pecho, y como recibían una paga se decían soldados.Las compañías blancas, formadas por franceses, ingleses, españoles, flamencos, etc., son producto de la anarquía feudal.El soberano francés contó con la colaboración del valiente y osado caballero Beltrán Duguesclin, que puso fin a los desmanes de las compañías y con un sistema de guerras de escaramuzas reconquisto paulatinamente el territorio francés entregado a los ingleses por la paz de Bretigny.

A la muerte de Carlos V le sucedió en el trono de Francia su hijo Carlos VI, que a la sazón contaba con 12 años de edad. Al llegar a la mayoría de edad, el rey enloqueció (1392), situación que aprovecharon varios ambiciosos para tratar de ocupar el trono, entre ellos su hermano el duque Luís de Orleáns u Juan sin Miedo, duque de Borgoña, primo del monarca enfermo. No tardaron en producirse sangrientas revueltas entre los borgoñones, partidarios de Juan sin Miedo, y los armañacs fieles al duque de Orleáns. Aprovechando los incidentes que ocurrían en Francia, el nuevo monarca ingles, Enrique V, invadió el territorio continental y derroto a un ejército reclutado por los armañacs en la batalla de Azincourt (1415).
El duque de Borgoña, ante la imposibilidad de enfrentar con éxito a los ingleses, trato de reconciliarse con los armañacs, que propiciaban la candidatura al trono del Delfín Carlos, hijo del rey enfermo. Sin embargo, en el transcurso de una entrevista con sus rivales, Juan sin Miedo fue asesinado, por lo cual sus adictos decidieron aliarse con los ingleses.Por el tratado de Troyes (1420), los ingleses y borgoñones obligaron al rey Carlos a que desheredara a su hijo el Delfín y a casar a su hija con Enrique V; además, debió reconocer a este heredero del trono francésComo a los dos años murieron los soberanos que firmaron el tratado de Troyes, Enrique VI, hijo del matrimonio y que solo contaba un año, fue proclamado en Paris rey de Inglaterra y Francia.Casi todo el norte del territorio francés apoyo al nuevo monarca, mientras los armañacs, refugiados en la ciudad de Bourges, designaron rey al Delfín, con el nombre de Carlos VII (este soberano carecía de talento y a pesar de estar cercado por los enemigos, derrochaba en fiestas los escasos recursos de que disponía para reclutar tropas; tal es así, que uno de los mas importantes miembros de la corte afirmo: “No se podría perder mas alegremente un reino”

Los ingleses estrecharon paulatinamente el cerco y en el 1428 sitiaron la ciudad de Orleáns, uno de los últimos baluartes de la defensa. La crítica situación por la que atravesaba el suelo francés despertó por primera vez en sus hijos el sentimiento del patriotismo, que tuvo su mejor expresión en una Santa, llamada Juana de Arco (1412-1431).
Hija de humilde matrimonio, Juana de Arco nació en la aldea de Domremy (Lorena). Cuando esta sencilla campesina contaba trece años, tuvo diversas visiones celestiales y oyó voces que la animaban a libertar Francia de los ingleses.A pesar de la negativa de sus padres, la joven resolvió finalmente visitar al capitán Baudricourt. Este se opuso, pero ante la decisión de Juana de entrevistar a su rey, le facilito caballos y una escolta de seis hombres.Vistiendo una armadura, la doncella anduvo once días y atravesó sin ningún incidente más de cien leguas de territorio enemigo, para arribar a Chinón, donde residía Carlos VII. Llevada ante la presencia del rey, los que conocían su divina inspiración le pidieron que demostrase sus poderes milagrosos, pero ella les respondió: “No he venido yo a esto, pues la misión que se me ha dado es dar la libertad a Orleáns”
Luego de diversas vacilaciones y consultas, el monarca acepto, y dio orden resuministrarle armadura blanca, caballo negro y la espada de Carlos Martel.Al frente de un pequeño ejercito, al que exigió la máxima decencia y disciplina, partió rumbo a Orleáns. Ante la presencia de Juana de Arco, los sitiados, enardecidos de patriotismo y colocados bajo sus órdenes, lograron rechazar a los ingleses.La valerosa “Doncella de Orleáns” obtuvo nuevos triunfos, situación que permitió a Carlos VII trasladarse a Reims, en cuya catedral fue coronado rey de Francia.Posteriormente, Juana cayó prisionera de los borgoñones, cuando trataba de liberar la ciudad de Compiégne.
Fue entregada a los ingleses por 100.000 francos de oro, ante la indiferencia de Carlos VII, que no se preocupo por el destino de su salvadora.En diciembre de 1430 fue trasladada a Ruán y juzgada en uno de los procesos mas infames que registra la historia. Allí el obispo de Beauvais, Pedro Cauchón, amigo de los ingleses, la sometió a numerosas preguntas insidiosas, para acusarla de hechicería. Fue sometida a numerosas torturas, que a pesar de lo extremadamente crueles, las resistió con total entereza ante el asombro del obispo traidor. Finalmente, y a pesar de las extremas torturas, no encontrando más justificativo, se la condeno a prisión perpetua por haber usado ropa masculina.
No conforme con esta ridícula condena, sus enemigos la maltrataron, vengando en cada acometida; la ineptitud inglesa que fue derrotado varias veces por tan solo apenas “una chiquilla con armadura”.La despojaron de sus ropas de doncella y la obligaron a vestirse nuevamente con ropajes masculinos. A sabiendas del vil engaño, el maligno obispo de Beauvais la declara “relapsa” (reincidente) y la condena, como ansiaba desde un principio, a morir quemada viva en la hoguera.
El 25 de mayo de 1431 fue conducida al cadalso levantado en la plaza de Ruán. Juana camino erguida hasta la pila de leños que la aguardaba como pedestal último en la tierra. Mientras las inquietas llamas latigueaban su joven y maltrecho cuerpo, miro fijo al cielo, cerró entonces los ojos y sonrió placidamente, el Señor, una vez mas, la amparaba desde lo alto.En 1456 una comisión eclesiástica declaro anulado e injusto el proceso de Ruán. El papa Benedicto XV canonizo a Juana de Arco en 1920.
El patriotismo despertado por Juana de Arco y su sacrificio aceleraron la victoria sobre los sajones.Los borgoñones rompieron su alianza con los invasores y por el tratado de Arrás reconocieron a Carlos VII (1435).Consolidado el dominio real, los franceses obtuvieron un nuevo triunfo en Castillón (1453) y a partir de ese momento los ingleses abandonaron lentamente el territorio invadido. Al cabo de veinte años, solo dominaban la plaza de Calais, que perdieron en 1558








lunes, 3 de noviembre de 2008

Carlomagno

Origen de Carlomagno
Carlomagno nació probablemente en Aquisgránen el año 742, hijo del rey franco Pipino el Breve y nieto de Carlos Martel, puede considerarse a Carlomagno como un hijo ilegítimo, pues no se sabe con certeza la fecha de su nacimiento, pero de cualquier manera anterior al matrimonio de Bertrada y Pipino que tuvo lugar en el año 749.

Se dice que el apostol Santiago se le apareció en un sueño a Carlomagno y le pidió que liberara Galicia de las manos sarracenas en que se encontraba.

En el año 751, el padre de Carlomagno, Pipino destronó al último rey Merovingio y asumió el título real. Desde el 760 los principales esfuerzos militares de Pipino se centraron en la conquista de Aquitania. Carlomagno acompañó a su padre en la mayoría de esas expediciones. Sobre su educación, infancia y adolescencia no se sabe mucho puesto que no hay registros de su juventud.
Cuando el padre de Carlo Magno, Pipino el Breve, murió en el 768, sus reinos fueron divididos entre sus dos hijos Carlos y Carlomán. Ambos reyes, Carlomagno y Carlomán, fueron proclamados por la asamblea general de los francos con la condición de repartirse equitativamente el reino, de la misma manera que Pipino y su hermano Carloman lo habían hecho. Carlo Magno luchó con diversos pueblos obteniendo la victoria y estableciendo su dominio en la mayor parte de Europa central y occidental. La influencia de Carlomagno fue desiciva durante la edad media. En el 770, Carlomagno busca una alianza con los lombardos y se casa con la hija del rey Desiderio.
En el año 771 Carlomán murió repentinamente y Carlomagno se apoderó de sus territorios. No se sabe bien la razón, pero Carlomagno repudió a su esposa y Desiderio, el rey de los lombardos, dejó de ser su aliado. Una de las primeras acciones que emprendió Carlomagno como rey único de los francos fue hacerse eco de la solicitud del Papa Adriano I para expulsar a los lombardos de Italia. Fue entonces cuando Carlomagno invadió Italia, derrocó a Desiderio en el 774 y asumió el título real. El papa conseguía recuperar las tierras que formarán los Estados Pontificios pero las amenazas continuaban en la península Itálica. El duque de Fruil, Rodgauso, se rebeló en el año 776 y Carlomagno volvió a Italia para acabar con la revuelta y una vez sofocados todos los fuegos impuso a su hijo Pipino como rey.
Después, Carlomagno viajó a Roma y reafirmó la promesa de su padre de proteger las tierras papales y servir al cristianismo. Entre los años 791 y 796 los ejércitos de Carlomagno conquistaron el territorio de los ávaros (correspondiente a las actuales Hungría y Austria).

La guerra de Carlomagno contra los sajones
Corría el año 781, después de las campañas de italia, Carlomagno pudo destinar mayores esfuerzos a combatir a los sajones, pueblo germánico que ocupaban el territorio situado entre El Elba y el mar del Norte. Las causas de la guerra de Carlomagno serían la delimitación de fronteras (donde se producían continuos enfrentamientos) y cuestiones religiosas (los sajones se mostraban hostiles al cristianismo al considerarlo un elemento de penetración franca). Se dice que los sajones nunca cumplían los tratados y rendiciones firmados. Carlomagno se puso en varias ocasiones al frente de su ejército para luchar con su espada contra el peligro sajón, confiando también las tropas a los condes cuando otros asuntos requerían su presencia. La guerra acabó hacia el año 804. Diez mil sajones fueron deportados mientras que los restantes serían acogidos en la fe cristiana y obligados a guardar fidelidad al rey franco Carlomagno, "formando un solo pueblo".

El sueño de Carlomagno con el Apostol Santiago
Se dice que el apóstol santiago predicó primero en Galicia. Después, sus discípulos, muerto el apóstol por el rey Herodes y trasladado su cuerpo desde Jerusalén a Galicia por mar, predicaron en la misma Galicia.
Carlomagno, habiendo conquistado tanto poder político y militar, así como innumerables cuidades de un mar al otro, y las arrancó de manos de los sarracenos y las sometió al imperio cristiano, fatigado por tan penosos trabajos y sudores, se propuso no emprender más guerras y darse un descanso.
Se dice que Carlomagno vió en el cielo un camino de estrellas que empezaba en el mar de Frisia y, extendiéndose entre Alemania e Italia, entre Galia y Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vasconia, Navarra y España hasta Galicia, en donde entonces se ocultaba, desconocido, el cuerpo de Santiago. Y como Carlomagno lo mirase algunas veces cada noche, comenzó a pensar con gran frecuencia qué significaría.
Y mientras con gran interés pensaba esto, un caballero de apariencia espléndida y mucho más hermosa de lo que decirse puede, se le aparecío a Carlomagno en un sueño durante la noche, diciéndole "¿Qué haces, hijo mío?", a lo cuál respondió Carlomagno "¿Quién eres, señor?" y El apóstol Santiago contestó "Santiago apóstol, discípulo de Cristo, hijo de Zebedeo, hermano de Juan el Evangelista, a quien con su inefable gracia se dignó elegir el Señor, junto al mar de Galilea, para, predicar a los pueblos; al que mató con la espada el rey Herodes, y cuyo cuerpo descansa ignorado en Galicia, todavía vergonzosamente oprimida por los sarracenos. Por esto me asombro enormemente de que no hayas liberado de los sarracenos mi tierra, tú que tantas ciudades y tierras has conquistado. Por lo cual te hago saber que así como el Señor te hizo el más poderoso de los reyes de la tierra, igualmente te ha elegido entre todos para preparar mi camino y liberar mi tierra de manos de los musulmanes, y conseguirte por ello una corona de inmarcesible gloria. El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a liberar mi camino y mi tierra, y a visitar mi basílica y sarcáfago. Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus pecados y pregonando las alabanzas del Señor, sus virtudes y las maravillas que obró. Y en verdad que irán desde tus tiempos hasta el fin de la presente edad. Ahora, pues, marcha cuanto antes puedas, que yo seré tu auxiliador en todo; y por tus trabajos te conseguiré del Señor en los cielos una corona, y hasta el fin de los siglos será tu nombre alabado."
De esta manera se apareció Carlomagno por tres veces al santo Apóstol. Así, pues, oído esto, confiando en la promesa apostólica y, tras, habérsele reunido muchos ejércitos, entró en España para combatir a las gentes infieles.
En el año de 778 Carlomagno inició una contundente expedición contra el norte de la península Ibérica (España), dominada por los musulmanes. Animado por los cristianos, Carlomagno llegó a la plaza fuerte de Zaragoza tras tomar Pamplona. El gobernador musulmán no rindió la plaza lo que motivó el inicio de un largo asedio.
La leyenda de Roland
Las noticias que llegaron procedentes de Sajonia no eran muy tranquilizadoras por lo que Carlomagno se retiró a Francia a través del desfiladero de Roncesvalles. El 15 de agosto de 778 la retaguardia del ejército franco sufrió una emboscada por parte de grupos de vascones, posiblemente apoyados por musulmanes. Desde lo alto de los montes, los vascones atacaron a las tropas francas dirigidas por Roldán, prefecto de la marca de Bretaña. En la desigual lucha perecieron buena parte de la élite militar franca: Roldán, el senescal Egihardo y el conde Anselmo. Cuando la vanguardia quiso reaccionar, los asaltantes huyeron aprovechando lo escarpado del terreno y "la oscuridad de la noche que ya empezaba a caer".
Roland o Roldán, el primero de los paladines, poseía una espada mágica bautizada como una criatura cristiana llamada "Durendart", el héroe hablaba a su espada la cual parecía comprenderlo, nada se resistía a su poder, Roland poseía también un cuerno de marfil, hecho con tanta perfección, con tanto arte, que al mínimo soplo desencadenaba un ruido que se podía oír en un espacio de 20 leguas y hacia temblar las montañas, cuando murió en Roncesvalles no vencido sino aplastado, hizo pocos momentos antes de morir un esfuerzo supremo para levantarse como Sansón bajo las ruinas y soplar el cuerno para que de este modo los enemigos huyeran aterrorizados, a unas 10 leguas de distancia se hallaba Carlomagno el cual pudo oír perfectamente la llamada del cuerno y corrió apresuradamente en socorro de su paladín, no consiguió encontrarlo porque Ganelón lo había traicionado y los bárbaros atacaron a las tropas francesas.
Mientras Carlomagno estaba en camino, Roland que se vio abandonado, no se lo tomo a mal y blandiendo su preciada espada golpeó tremendamente la montaña esperando romper la espada en las rocas para no dejarla caer en manos enemigas, sin embargo fue la montaña la que se partió en dos, Roland, después de esto cogió la espada, se la hundió en el pecho y murió, su cara tenia una vez muerto, una expresión tan ceñuda y fiera que los enemigos no osaban acercarse y antes de retirarse, lanzaron todos a una todas sus flechas sobre el valerosísimo paladín
Este episodio daría lugar al famoso cantar de gesta titulado "La chanson de Roland". En el enclave navarro de Roncesvalles se conserva un edificio conocido como el "Silo de Carlomagno" donde la tradición cuenta que están enterrados los huesos de los muertos en esta batalla.
Las conquistas de Carlomagno
La península de Armorica será el siguiente punto que Carlomagno someta a su dominio. Los pueblos bretones de esta zona se sometieron en el año 786 aunque su carácter rebelde les llevó a provocar nuevas intervenciones en los años 799 y 811. El sometimiento del ducado de Benevento, en el sur de Italia, será el próximo objetivo de Carlomagno. El duque Aragiso se adelantó a los planes de Carlomagno y entregó a sus dos hijos como rehenes, al tiempo que juraba fidelidad. Carlomagno admitió las ofertas del duque y tras recibir los juramentos se retiró a tierras francas.
En Baviera nos encontramos con el nuevo punto de conflicto debido al duque Tasilón y su alianza con los Ávaros. Carlomagno no soportó esta desobediencia y se dirigió con un fuerte ejército la región de Baviera. El duque, ante la actitud amenazante del monarca franco, suplicó la clemencia de Carlomagno con lo que se zanjó de manera rápida este frente de conflicto. Tasilón fue condenado a pena de prisión perpetua en el monasterio de Jumièges debido a sus antecedentes rebeldes (ya se había rebelado antes contra Carlomagno en el año 787 por lo que debió jurar fidelidad al rey franco).
Con miras expansionistas, ahora Carlomagno se dirige contra los eslavos, luchando contra los welátabos a los que se aliaron los sajones. Estos pueblos del mar Báltico se rebelaron en diferentes ocasiones, originando que Carlomagno lanzara diversas expediciones militares contra ellos.
Pero la guerra más importante de esta década de 790 es la emprendida contra los ávaros, en la que el rey intervino personalmente en las luchas que tuvieron lugar en la actual Hungría. Serían su hijo Pipino y los demás miembros de la nobleza quienes recibieron la confianza del monarca para dirigir la larga contienda pues duraría entre los años 791 y 803.
La región de Panonia quedó deshabitada según Eginhardo mientras el dinero y los tesoros acumulados por los ávaros pasaron manos a manos francas. Las últimas guerras libradas por Carlomagno fueron contra los bohemios(805), los linones (808-811) y los daneses (810), pueblo este último que pretendía dominar toda la Germania dirigido por su rey Godofredo.

Consecuencia de estas luchas durante los cuarenta y siete años que duró el reinado, el reino de Carlomagno se duplicó en proporciones respecto a lo heredado de su padre. Las fronteras del reino de Carlomagno se extendieron hasta la península Ibérica y el centro de Europa, contando con Italia, Germania, Sajonia y la Dacia, estableciendo en el Danubio la frontera este. De ahí la denominación "Carolus Magnus" con la que ha trascendido su nombre a la Historia y la coronación de Carlomagno como emperador y augusto en Roma por el Papa León III el 23 de diciembre del año 800, igualándose a los emperadores de Oriente que se consideraban los auténticos herederos de los emperadores romanos.
El nombramiento de Carlomagno como emperador sería precedido por la ayuda solicitada por el Papa León III quien había sido atacado un año antes por un grupo de conjurados que le obligaron a escapar a Sajonia donde se encontró con Carlomagno, solicitando su ayuda.
La intervención de Carlomagno permitió el restablecimiento de la paz en los Estados Pontificios. Al igual que la guerra, la diplomacia también será uno de los puntos fuertes de Carlomagno, estableciendo contactos con los reyes más reputados de su tiempo como Alfonso II el Casto de León, Harun al-Rachid el califa abassí de Bagdad o los emperadores de Constantinopla.

Las mujeres de Carlomagno
Antes de sus numerosos matrimonios Carlomagno mantuvo relaciones con una joven noble llamada Himiltrudis, naciendo de esta relación un hijo llamado Pipino el Jorobado. Hacia el año 770 casó con Ermengarda, hija de Desiderio, el rey de los longobardos, a la que repudió por desconocidos motivos tras un año del enlace.
La segunda esposa de Carlomagno fue Hildelgarda, mujer noble de origen suabo con la que tuvo 9 hijos, cuatro varones (Carlos, Pipino y Ludovico entre ellos) y cinco mujeres (Rotrudis, Berta y Gisela son las que conocemos).
A la muerte de Hildelgarda en el 783, Carlomagno se casó con Fastrada, de origen germánico, con quien al menos tuvo dos hijas: Teodorada y Hiltrudis mientras que una concubina le daba otra hija de nombre Rodaida. De nuevo viudo en el año 794 contrajo matrimonio con la alamana Liutgarda con la que no tuvo hijos.
Al fallecer Liutgarda, Carlomagno se relacionó con cuatro concubinas: Madelgarda, con quien tuvo a Rotilda; Gersvinda, madre de Adeltrius; Regina que tuvo dos hijos, Drogón y Hugo; y Adelinda con la que tuvo a Teodorico.
Carlomagno tuvo, pues, diez relaciones conocidas de las que nacieron al menos 18 hijos conocidos. Todos estos hijos e hijas recibieron la formación típica medieval dividida en dos grupos: el "trivium" formado por la gramática, la retórica y la dialéctica y el "quadrivium" integrado por aritmética, geometría, música y astronomía.

La imagen de Carlomagno
Entre los principales valores de Carlomagno encontramos, siempre según el cronista Eginhardo, la amistad, el interés por artículos extranjeros, la honradez o el afecto hacia sus súbditos. En su descripción física alude a un hombre de alta estatura -1´92 metros según la exhumación de su cuerpo que se produjo en el año 1861-, "hermosa cabellera blanca y rostro agradable y alegre".
Eginhardo nos presenta a Carlomagno absolutamente preocupado por la educación de su vasta descendencia e incluso cuenta que "nunca cenó sin ellos ni se fue de viaje sin llevárselos consigo".
Entre las aficiones de Carlomagno encontramos la caza, la equitación, los baños termales y la natación. Se dice que "vestía según la costumbre de su pueblo (...) sobre el cuerpo llevaba una camisa y unos calzones de lino; encima, una túnica ribeteada de seda y medias calzas y luego unas bandas alrededor de las piernas y calzado en los pies. (...) Se cubría con un manto azul y siempre llevaba ceñida una daga cuya empuñadura y cuya vaina eran de oro o plata".

El final de Carlomagno
El Eginhardo dice que gozó de buena salud a excepción de sus últimos cuatro años en los que eran frecuentes las fiebres e incluso cojeó de un pie, pudiendo padecer la gota ya que los médicos le recomendaban la abstinencia de guisos asados, recomendaciones que el rey no seguía. Su moderación en la comida y en la bebida contrasta con esta atracción hacia los guisos. La comida siempre se acompañaba de música o de lecturas. Tras el almuerzo solía dormir dos o tres horas.
Durante el reinado de Carlomagno se manifiesta un importante renacimiento cultural al proteger a importantes personajes como Alcuino de York, quien se convirtió en uno de los principales impulsores de la cultura carolingia.
El propio Carlomagno cultivó las artes liberales, especialmente la astronomía. También se intereso por la labor legislativa al unificar y completar las leyes francas al tiempo que ordenó la recopilación de todas las leyes de los pueblos que estaban bajo su mando.
Al igual que los emperadores romanos Carlomagno también se preocupó por desarrollar una importante labor constructiva con la que demostrar la grandeza de su reinado como podemos constatar en los magníficos palacios de Aquisgran y su capilla palatina o la construcción de iglesias en todos los rincones de su reino. Antes de morir, Carlomagno asoció al trono a su hijo Ludovico, en aquellos momentos rey de Aquitania, y le nombró heredero de la corona imperial ante la asamblea de próceres. Esta ceremonia de coronación se realizó el 11 de septiembre del año 813.
A primeros de noviembre, Carlomagno regresó de cazar a su palacio de Aquisgrán, donde sufrió un fuerte proceso febril en el mes de enero del año 814. La dieta le fue impuesta a Carlomagno para la recuperación no fue efectiva, complicándose la fiebre con "un dolor en el costado, lo que los griegos llaman pleuresía" en palabras de Eginhardo. El 28 de enero de ese año fallecía Carlomagno a la edad de 72 años, tras 47 de reinado. Su cuerpo fue sepultado en Aquisgrán.

La orden de los Templarios

Los inicios de la orden
Si ha habido alguna vez un misterio histórico apasionadamente perseguido y no comprendido con claridad ese es el de la orden del temple. A mediados del siglo XII en Jerusalén, en el año 1118 bajo el reinado de Balduino I, llegaron 9 hombres entre quienes se encontraba Godofredo de Saint-Audemar, a quien podríamos decir que era segundo al mando ya que se encontraban lidereados por el francés Hugo de Payns, quien había crecido bajo una sólida educación cristiana y un hábil manejo de las armas. Llegaron a Jerusalén para proteger a los peregrinos que llegaban desde Europa a tierra santa, sin embargo, de esa misión nació la orden que sería una poderosa fuerza militar y económica no solo de los cruzados sino de toda Europa, y que habría de despertar tantos pensamientos acerca de los misterios que encierra su historia.
Tales misterios como la adoración a una "Figura bafomética" (de aspecto horrible, barbuda y con cuernos) la cuál algunos dicen que era la cabeza de Juan Bautista, mientras que otros dicen que era una especie de símbolo mágico que podría compararse con un dios, más adelante será explicado con más detalle este tema, sin embargo cabe resaltar que en los cargos contra ellos el que tenía mayor peso era el de la adoración a la temible figura, que era interpretada erróneamente por los inquisidores como la figura del diablo.
Cuando el rey Balduino I los recibió en Jerusalén, les dijo que podían acomodarse y vivir en una parte de su palacio sobre las caballerizas del templo de salomón. Y de ahí el nombre de caballeros templarios. Algunos especulan que fue precisamente en esa localización donde encontraron el santo grial, que dicho sea de paso, nadie sabe qué es exactamente. Aunque se cree que es un caliz dorado. En un principio los 9 hombres se hicieron llamar "los pobres soldados de cristo" y luego fue fundada la orden de los caballeros templarios, debido talvez más a que la gente en Jerusalén los asociaba más con el templo del rey salomón que con el nombre con el que fue fundada la orden en un principio, aunque no hay que olvidar que no era oficialmente aceptada por el vaticano, esto fue aceptado hasta el concilio de troyes, como se explica más adelante. La tarea más importante de esta orden en sus inicios era proteger a los cristianos que viajaban principalmente en el peligroso camino que conecta al puerto de Jaffa con Jerusalén. Cabe recalcar que durante los primeros 9 años de la orden no admitieron ningún otro adepto, se presume, a causa de que se encontraban realizando excavaciones secretas en busca del arca de la alianza o del santo grial, no hay un consenso acerca de qué era lo que tenían en su poder.
El historiador Jacques de Vitry, describe con esta cita lo que fue el origen del temple:
"Ciertos caballeros, amados por Dios y consagrados a su servicio, renunciaron al mundo y se consagraron a Cristo. Mediante votos solemnes pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a los peregrinos contra los grupos de bandoleros, a proteger los caminos y servir como caballería al soberano rey. Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia según la regla de los canónigos regulares. Sus jefes eran dos hombres venerables, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer. Al principio no había más que nueve que tomasen tan santa decisión, y durante nueve años sirvieron en hábitos seculares y se vistieron con las limosnas que les daban los fieles."
La Oficialización ante la Santa Iglesia
Transcurrido cierto tiempo, en 1127, el primer maestre de la orden Hugo de Payns, obtuvo el permiso del rey de Jerusalén para intentar "oficializar" la orden y emprendió un viaje a Roma con el fin de obtener una legítima aprobación del papa. En ese entonces Balduino I había muerto y en su lugar se encontraba Balduino II, primo del fallecido, fue él quien escribió la carta al Abad (título que ostentan los superiores de los monasterios) Bernardo de Clairvaux ( personaje de la divina comedia, a quien Dante situa como el único con acceso al cielo más elevado, activísimo religioso que escribía cartas a a reyes, papas, obispos y monjes) quien los recibió calurosamente y con todos los honores. Sorpresivamente Bernardo de Clairvaux (San Bernardo de Claraval) era pariente de dos de los nueve miembros de la orden del temple: Hugo de Payns y Andrés de Montbard. Dentro de sus pensamientos estaba precisamente el de sacralización de la milicia, por lo que fue recibida con entusiasmo la carta de Balduino II, y con ello el apoyo de tan importante figura estuvo garantizado. Bernardo de Clairvaux fue canonizado el 18 de Enero de 1174 incluido en el calendario de los santos por el Papa Alejandro III.
Después del caluroso recibimiento de Bernardo de Clairvaux, Hugo de payns y los cuatro acompañantes que había llevado consigo a Europa fueron recibidos en calidad de recomendados por Bernardo de Clairvaux, por el papa Honorio II, en Roma. Los entonces miembros de la aspirante a orden, habían recibido de los canónigos del Santo Sepulcro la regla de San Agustín, misma que ellos profesaban que era una normativa que describía una serie de deberes religiosos que ellos debían llevar a cabo, sin embargo Bernardo de Claurvaux quería algo más de la nueva orden y en la primavera de 1128, se celebró un concilio extraordinario en Troyes, a la cuál asistió una serie de personalidades importantes dentro del ámbito religioso astutamente reunidos por el Avad Bernardo de Clairvaux, ya que todos estaban vinculados a el de cierta manera, ahí fue donde él mismo, expuso los principios y primeros servicios de la Orden. Fue así como la Orden del Temple fue reconocida "oficialmente" como una militarización oficial de las cruzadas y luego de esto, el apoyo de nobles y príncipes fue requerido por el concilio para que ayudaran a la recién reconocida orden además de que se le pidió a Bernardo de Clairvaux que redactara una regla única original para los Templarios. Dichas leyes eran una mezcla de normas militares y normas religiosas, hacían votos de obediencia, castidad y pobreza. También se les impuso un manto blanco como prenda oficial y más tarde el papa Eugenio III le agregó una cruz de malta.
Su entrenamiento era tanto físico como espiritual, ya que se les instruía tanto de religión como del manejo de las armas. Cuando alguien se iniciaba en la orden de los templarios todos sus bienes (propiedades y grandes fortunas, cuando se trataba de nobles) pasaban a manos de la orden, así que no es raro que el poderío económico de los templarios creciera rápidamente.
A todas estas curiosas características de la orden, se le añade que únicamente respondían al papa y a la iglesia, de este modo, la defensa de Jerusalén y por qué no decirlo, futuras conquistas, estaban aseguradas. En su sentido de monjes, los templarios debían de pronunciar los votos de pobreza, castidad y obediencia, más un cuarto voto de conquista y conservación de tierra santa, aunque cumplir este voto significara sacrificar su vida. Se distinguían de otras órdenes como la orden de los caballeros teutónicos o los caballeros de San Juan de Jerusalén, las cuáles eran más bien fundadas como instituciones de beneficiencia o caridad.

Características de la orden

Los rangos en la orden estaban organizados de la siguiente manera:

  1. Sirvientes (aspirantes)
  2. Escuderos
  3. Caballeros
  4. Priores comendadores
  5. Maestres ( De los cuáles el primero fue Hugo de Payns)
  6. Gran Maestre (Equivalente a príncipe)

Viendo esta clasificación cabe mencionar que solo los caballeros eran los que llevaban la indumentaria con que comúnmente son identificados (manto blanco y cruz de malta). Eran feroces combatientes y su servicio para Jerusalén era distinguido, aunque sostenían malas relaciones con la orden de los hospitalarios, a tal grado que para el año 1240 se habían deteriorado a tal magnitud, que caballeros de ambos bandos luchaban entre sí en plena calle en Acre. Su desmesurado crecimiento material se debía a varias razones. En 1.139 consiguieron una bula papal que les excluía de la jurisprudencia, tanto civil como eclesiástica, con lo que no volvieron a rendir cuentas ni a reyes ni a obispos, únicamente al Papa. Además de los testamentos y donativos que recibían, también estaban las grandes fortunas de los nobles que entraban a formar parte de la orden. También podían recolectar dinero en todas las iglesias de occidente, una vez al año. Obtenían grandes beneficios comerciales con todo el excedente que obtenían de sus granjas y encomiendas.

Para 1170, la orden de los templarios se encontraba en Francia, Alemania, España y Portugal, y 50 años más tarde era la fuerza económica, militar, política y religiosa más importante de Europa. Dentro de sus posesiones se presume que estaban:9.000 encomiendas, que eran granjas y casas ruralesUn ejército de 30.000 caballeros (sin contar escuderos y sirvientes, artesanos y albañiles) Más de medio centenar de castillos Una flota propia de barcos (con puertos privados) La primera banca internacional
Tales castillos construidos por los templarios eran potentes formas de control sobre el territorio conquistado o amenazas para los territorios por conquistar, algunos de los castillos construidos por los templarios nunca fueron tomados, aunque sí abandonados cuando se retiraron a Palestina en 1221. El poder y prestigio de los templarios era tal, que cuando el rey de Aragón Alfonso I "El Batallador" murió, nombró como herederos del reino a los Templarios, aunque claro la nobleza Aragonesa no permitió que esto ocurriera y terminaron nombrando al Monje Ramiro II como rey de Aragón y a García Ramírez como rey de Navarra, no obstante tuvieron que ceder algunas propiedades y privilegios como compensación.
Los templarios resultaron una importante fuerza a tomar en cuenta en las campañas cruzadas en contra de los sarracenos, aunque no lograron tomar nuevamente jerusalén ya que Saladín había unificado a los árabes y ejercía un liderazgo ejemplar. Cuando Jerusalén fue conquistada nuevamente por los árabes, los caballeros templarios se instalaron en Chipre, y a partir del siglo XII se establecieron en las zonas fronterizas de Cataluña, Aragón, Navarra y Castilla, desde donde pudieron participar en las conquistas cruzadas.

A través del tiempo los cruzados desarrollaron un excelente sistema bancario, fueron el primer banco de transacciones del mundo. Debido a que no pagaban impuestos ni diezmos puesto que solo respondían ante el papa, la fortuna de los templarios creció rápidamente, eran depositarios de los tesoros de algunos reyes.

La caída del temple

Uno de los reyes que depositó su tesoro en manos de los templarios era el rey Felipe IV "El Hermoso" de Francia. Con el tiempo acabó debiéndole a la orden y queriendo recuperar su fortuna y ambicionando también la demás riqueza de los templarios organizó un proceso inquisitorio en su contra apoyado por su maquiavélico canciller Guillermo de Nogaret; juntos planearon la caida del temple en 1309 talvez también sintiéndose amenazados por el poder militar de la orden. Fue el papa Clemente V el que consintió que los templarios fueran acusados de Herejes y encerrarlos para posteriores torturas que confirmaran las acusaciones. Como es bien sabido, en muchos procesos inquisitorios o en la mayoría se acostumbraba torturar a los acusados hasta que dijeran la verdad, y después de esto se les torturaba más para purificar con dolor su alma. Las acusaciones principales eran la adoración de ídolos (Baphomet o Bafumet), sodomía (se decía que durante algunos ritos de iniciación en rituales secretos de algún tipo de gnosis o magia, y escupir u orinar en la cruz. Las demás acusaciones eran menores. Bajo el poder de poderosas torturas los inquisidores obtuvieron las respuestas que querían, es decir que los templarios confesaban que las acusaciones eran ciertas.

El papa Clemente V suprimió la orden en 1312, después del dictamen del cincilio de Vienne en 1311.Fue así como en 1307 los templarios franceses fueron arrestados, incluido el gran maestre francés Jaques de Moley ( Jacobo de Molay ), quien 8 años después, en la hoguera, frente a la catedral de Nôtre-Dame, se arrepintió de todas las acusaciones que se había visto obligado a admitir por fuerza de las duras torturas a las que fue sometido e invitó a sus acusadores y enemigos al "juicio del cielo" en el plazo de un año, e increíblemente Felipe IV, Guillermo de Nogaret y el papa Clemente V murieron en dicho plazo de causas naturales. Así como Jaques de Moley, muchos otros caballeros se arrepintieron y negaron las confesiones que se habían visto obligados a proferir, sin embargo de nada serviría para salvar a la orden, el daño estaba hecho y fueron quemados en la hoguera, se dice que solo 13 pudieron escapar.

En España y Portugal la Orden fue refundada bajo nuevos nombres. En Aragón, la cuenta estuvo saldada con la disolución de la orden al declarlos inocentes en un concilio llevado a cabo en 1312 en Tarragona y sus bienes fueron a parar a los hospitalarios al igual que en Cataluña. En Valencia, los bienes de la orden fueron utilizados para la fundación de la Orden Montesa en 1317. En Castillas los bienes se los agenció la corona. Seguidamente a la caída de los templarios, Europa se sumió en la guerra de los 100 años, una época de horribles y cruentas guerras, principalmente entre Inglaterra y Francia. Los caballeros que lograron huir del proceso inquisitorial fundaron nuevas órdenes, como las siguientes:En Portugal la de Cristo En Finlandia la de San Andrés En España la Montesa Hay escritos que señalan que un tal Marc Larmenius, sucedió a Molay en la jefatura de la Orden en Francia.Así fue como acabó una orden de valerosos caballeros que inspiraron buena parte de los relatos románticos de caballería y nobleza clásicos de la edad media, sumidos en el misterio y exterminados por la avaricia y el temor.

Antecedentes de las Cruzadas

Antecedentes de las Cruzadas

Las cruzadas surgieron como el medio para obtener control sobre Tierra Santa, asegurando el libre acceso de peregrinos europeos a los lugares santos, pero también como medio para unir voluntades contra un enemigo común, en lugar de pelear entre sí.

Primero que nada, en este artículo nos referiremos a las cruzadas en su significado original y clásico, como el movimiento militar inspirado por la fe cristiana consistente en conquistar Jerusalén y otros territorios importantes para ofrecer seguridad a los peregrinos europeos que viajaban a tierra santa. En el siglo XI, europa se haya sumida en oscurantismo y en un feudalismo monótono y sin signos de cambio. Las pesadas ropas que cubren casi de pies a cabeza, las oscuras y pequeñas casas, la mala higiene, las epidemias, etc. poco a poco originan una profunda inquietud. Por otro lado en el aspecto político, después de la caída del sacro imperio creado por Carlomagno, los señores feudales, quienes disponían de la vida de sus hombres tanto para la producción agrícola como militarmente, se hacían la guerra unos con otros, creando un mundo sumamente violento, con poco respeto por la vida. Por otro lado, la iglesia veía crecer su poder cada vez más.
Por otro lado, Constantinopla, sede del Imperio romano de Oriente o Bizantino, se erigía como la ciudad más próspera y poderosa del mundo, pues se encontraba situada en una posición fácilmente defendible, en medio de las principales rutas comerciales; contaba con un gobierno centralizado y absoluto en la persona del emperador, además de un ejército capaz y profesional. El emperador Basilio II Bulgaroktonos, había dominado a los enemigos del imperio con éxito. Sin embargo, tras la muerte de Basilio II, unas tribus nómadas llegados de Oriente aparecían con una nueva religión: El Islam. De estas tribus, los turcos Selyúcidas (llamadas así por su mítico líder Selyuk) adquirirán especial importancia, puesto que retarán al poder de constantinopla. En el año 1071, las fuerzas turcas destruyen casi todo el ejército imperial, capturando también a un co-emperador. Consecuencia de esto, el imperio bizantino cede la mayor parte de sus territorios de asia menor (hoy el núcleo de la nación turca) a los Selyúcidas, amenazando cada vez más a Constantinopla.
Por otra parte, los turcos también habían avanzado hacia Siria y Palestina. Una por una las ciudades del Mediterráneo Oriental cayeron en sus manos, y en 1070 entraron en la Ciudad Santa, Jerusalén. La invasión turca a Jerusalén conmocionó fuertemente tanto a Europa Occidental como a la Europa Oriental. En ambas partes se empezó a temer que los turcos fueran a vencer al mundo cristiano, haciendo desaparecer su religión. Además, empezaron a llegar numerosos rumores acerca de torturas y otros horrores cometidos contra peregrinos en Jerusalén por las autoridades turcas.

Urbano II declara la Guerra Santa: Las Cruzadas
Ante la expansión turca, surge la figura de Alejo Comneno personaje que en cierta medida desencadenará las cruzadas aunque es más atribuible a Urbano II, quien ocupa el trono bizantino en el año 1081 y decide hacer frente a las fuerzas islámicas. Sin embargo, consciente de la superioridad de sus adversarios decide buscar alianzas con la europa cristiana, buscando en especial contar con soldados normandos, quienes habían dado pruebas de su valía, conquistando el reino de inglaterra y expulsando a los mismos bizantinos del sur de italia. Es entonces cuando Alejo manda emisarios al Papa Urbano II, figura importante, con el fin de obtener apoyo para reconquistar los lugares santos. No es sino años después, cuando en el año 1095, el papa Urbano II convoca el Concilio de Clermont, donde se reunen obispos y abades que llevaban a su vez a señores locales de importancia. Al final del concilio se discute la situación del este, del apoyo pedido por Alejo Comneno y declara la guerra santa (bellus sacrum) contra los musulmanes que ocupaban Tierra Santa. Llevado por la emoción del momento, Urbano II se dirigió a la muchedumbre desde el atrio del templo de la siguiente manera:

"Turcos y persas, árabes y agarenos han invadido Antioquía, Nicea e incluso Jerusalén, que guarda el sepulcro de Cristo"
"Dueños absolutos de Palestina y Siria, han destruido las basílicas e inmolado a los cristianos como si fueran animales. Las iglesias, donde antes se celebraba el divino sacrificio, han sido convertidas por los paganos en establos para sus bestias"
"¿A quién corresponde vengar estas injurias y recobrar estas tierras sino a vosotros? Tomad el camino del Santo Sepulcro, arrancad aquellos lugares al poder de esa raza maldita y ponedlos bajo vuestro dominio . . ."
"Quienes lucharon antes en guerras privadas entre fieles, que combatan ahora contra los infieles y alcancen la victoria en una guerra que ya debía haber comenzado; que quienes hasta ayer fueron bandidos se hagan soldados; que los que antes combatieron a sus hermanos luchen contra los bárbaros" Urbano II. Concilio de Clermont-Ferrand
"Comprometeos ya desde ahora; que los guerreros solucionen ya sus asuntos y reúnan todo lo que haga falta para hacer frente a sus gastos; cuando acabe el invierno y llegue la primavera, que se pongan en movimiento, alegremente, para tomar el camino bajo la guía del Señor". "El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mateo 16,24). (Urbano II)
Y con el grito de Dieu lo volt ("Dios lo quiere", el grito de guerra característico de las cruzadas), el papa Urbano II terminó su discurso frente a la multitud emocionada que recibió sus palabras y que ya tenían encendida la llama del furor cristiano. Motivada, lista para partir a la batalla por tierra santa.
Se cuenta que los caballeros que oyeron la exhortación papal cortaron unos paños rojos en forma de cruz y se los colgaron en el pecho como signo de que querían participar en la expedición que proponía Urbano II, aunque otros dicen que fue el propio Urbano II el que les proporcionó los paños rojos, de manera que los guerreros que pelearían esas batallas se les llamaría "cruzados", y a las campañas sucesivas "Cruzadas". Un punto importante a destacar es lo referente a las otras posibles causas u objetivos de las cruzadas como medio para encausar las ansias combativas de los nobles, que hasta ese momento habían sumido a europa en una violencia cotidiana, así como enfrentar problemas demográficos ofreciendo una nueva vida más allá del feudo, a las personas de las más bajas jerarquías, con más oportunidades y bienestar.
Urbano II aprovechó esta conjunción de factores y prometió para los cruzados el perdón de sus pecados, la condonación de sus deudas y el enseñoramiento de las tierras que conquistaran, en las que "fluían leche y miel, como en otro paraíso de delicias", mientras que las que dejarían eran "demasiado angostas para vuestra población" y carentes de recursos alimenticios. Para una Europa empobrecida, pero especialmente para una Francia al borde de la hambruna, tales promesas no podían ser más tentadoras.

La Primera Cruzada, la conquista de Jerusalén
Después de esos hechos, los nobles y señores tuvieron el tiempo necesario para formar un poderoso ejército que se pondría como objetivo conquistar tierra santa, compuesto principalmente por la nobleza como gente del pueblo franco e itálico: Sesenta mil cruzados listos para pelear por la causa. Los normandos italizanos estaban conducidos por Bohemundo de Tarento, los franceses por Raimundo de Tolosa, los flamencos por Godofredo de Bouillon y los Valones por su hermano Balduino. Las fuerzas cruzadas, partiendo de varios puntos de europa, acordaron encontrarse en Constantinopla, donde los esperaba el emperador bizantino Alejo Comneno.
Sin embargo, el imperio bizantino y Roma no se hayaban en muy buenos términos debido a diferencias religiosas. Tales diferencias casi habían originado la ruptura definitiva de las relaciones entre ambos. Por este motivo Alejo Comneno, por un lado recibía a las fuerzas cruzadas con los brazos abiertos debido al apoyo que representaban contra las fuerzas turcas, más por otro lado también le preocupaba que después de conquistar los territorios en manos turcas, crearan reinos independientes, disminuyendo su autoridad.
A principios de 1097, los cuatro ejércitos cruzados llegaron a Constantinopla, y cada uno de sus jefes por separado establecieron acuerdos con el emperador Alejo, para que le fueran respetadas sus anteriores tierras, una vez que fueran reconquistadas. En respuesta, el se comprometía a facilitar todos los medios disponibles para que los cruzados pasaran por Asia Menor.
Una vez pasado esto, los cruzados tuvieron la espalda cubierta y apoyo logístico de Alejo. Sin embargo ahora encararían la lucha contra las fuerzas turcas, quienes no pudieron contener el avance de las fuerzas cruzadas. Los cruzados, entregaron el dominio de los territorios arrebatados a los turcos a Alejo, pero llegando a Edesa (que cayó sin luchar) se instalaron en ella, y la convirtieron en principado. Después, los cruzados asediaron Antioquía durante seis meses, hasta que cayó bajo el dominio cruzado. Sin embargo, cayó a un alto costo, pues durante el asedio se consumieron las mejores tropas cruzadas. Luego, los cruzados se dirigieron a Trípoli, donde el 15 de Julio de 1099, después de tres años de haber iniciado marcha de la guerra santa, y después de cinco semanas de asedio, las fuerzas cruzadas lograron ocupar Jerusalén. Sin embargo, al furor cristiano, se había hecho sentir a lo largo de toda la expedición, y mucho más en el momento más emocionante y a la vez trágico (por la matanza originada) de la misma, es decir, cuando estaban a punto de lograr el objetivo planteado desde el principio: "La conquista de Jerusalén". Los cruzados, en su ferviente fe, dieron muerte a turcos, judíos y sarracenos por igual, de manera que los habitantes de Jerusalén fueron exterminados en tremenda carnicería, digna de una obra dantesca. Según cronistas de la época:

"Habiendo entrado peregrinos en la ciudad, persiguieron y degollaron a los sarracenos hasta el Templo de Salomón, donde hubo tal carnicería que los nuestros caminaban con sangre hasta las rodillas. Los cruzados corrían por toda la ciudad arrebatando oro y plata, caballos y mulas, haciendo pillaje en las casas que sobresalían por sus riquezas. Después felices y llorando de alegría, se fueron a adorar el sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo, considerando saldada la deuda que tenían con El" (Raimundo de Aguilers, cronista presencial)
"...los francos degollaron a más de setenta mil (?) personas, entre las cuales había una gran cantidad de imanes y de doctores musulmanes, de devotos y de ascetas, que habían salido de su país para venir a vivir, en piadoso retiro, a los lugares santos". (Ibn al-Athir)
"Se ordenó sacar fuera de la ciudad todos los cuerpos de los sarracenos muertos, a causa del hedor extremo, ya que toda la ciudad estaba llena de sus cadáveres... hicieron pilas tan altas como casas: nadie había visto una carnicería semejante de gente pagana. Las hogueras estaban dispuestas como mojones y nadie, excepto Dios, sabía su cantidad". (Guillermo de Tiro)
"la matanza de Jerusalén causó una gran impresión en todo el mundo. Nadie puede decir cuántas víctimas hubo, pero Jerusalén quedó vacía de musulmanes y judíos. Incluso muchos de los cristianos quedaron horrorizados... Esta demostración de sed de sangre del fanatismo cristiano dio origen al renacimiento del fanatismo del islam". (Runciman)

Quince días más tarde y sin saber del éxito de los cruzados, moría en Roma Urbano II.

Ultramar: Los reinos cristianos
Luego de obtener semejantes victorias algunos cruzados se establecieron en las tierras conquistadas mientras que otros decidieron regresar al lugar de origen. A nivel de los líderes de los ejércitos cruzados, los territorios se repartieron de la siguiente forma: Baduino se quedó con Edesa, Bohemundo con Antioquía, Raimundo con Trípoli y Godofredo con Jerusalén. De esta manera todos eran feudatarios de éste, que fue reconocido como la cabeza del reino latino de Jerusalén. Con el paso de los años, se desarrolló una cadena de fortalezas y puertos fortificados a lo largo de la costa mediterránea que sirvió para detener el empuje de los contraataques posteriores, y a todo el conjunto, se le dio el nombre de Ultramar.

Cruzados padeciendo sed en las afueras de Jerusalén. En las cruzadas este padecimiento era el habitual puesto que el vital líquido escaceaba en esas regiones. Era un elemento decisivo a considerar para la planificación de la estrategia.

Los cruzados que permanecieron en ultramar, trataron al principio de cambiar la forma de vida para que fuera similar a la que llevaban en Europa, sin embargo, pronto se vieron seducidos por los adelantos tecnológicos y la buena vida de los asentamientos orientales. Amplias viviendas con grandes ventanales que invitaban a la luz en contraste con las frías y lúgubres viviendas dejadas atrás, calles pavimentadas, iluminación artificial, eficientes sistemas de drenaje, tuberías, parques, teatros, joyas, mármol, mosaicos, extraordinarios tejidos y vajillas de oro y plata. De esta manera, los cruzados que vieron cumplido su voto de fé y regresaron a sus lugares de origen fueron los primeros en llevar noticias de estos adelantos y la forma de vida de Oriente, mucho más esperanzadora que en Europa.
Bajo este escenario, los cruzados que sí se quedaron en las tierras conquistadas, vieron cumplidas las promesas del papa Urbano II, con un futuro prominente y de más oportunidades. Similar a los vikingos, los cruzados absorbieron la cultura de los lugares conquistados. Pero más que nada, habían logrado para la fe cristiana la seguridad tan anhelada para los peregrinos que viajaban a visitar los lugares santos.

La Pérdida de Jerusalén y la segunda Cruzada
Después de la victoria y las conquista de tierra santa era lógico pensar en el contra ataque musulmán. En la nochebuena del año 1144, los musulmanes reconquistaron Edesa y pusieron en apuros a las poblaciones cristianas. Fue este el foco rojo que hizo que Bernardo de Claraval, el abad que había dado su apoyo a la creación de la orden de los templarios, llamara a una segunda cruzada que contó con el protagonismo de Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania. Sin embargo esta cruzada no tuvo éxito en retomar el poder de Edesa y acabó disgregándose, dejando a los demás baluartes de Ultramar a sus propios medios. El fracaso de la 2a. cruzada, alarmó a Jerusalén, Trípoli y Antioquía.
Aunque existían fuertes y organizadas órdenes que apoyaban la defensa de los territorios conquistados por los cruzados, como la de los templarios y los hospitalarios, no pudieron contener el avance de la invasión lidereada por Saladino, el héroe musulmán que ahora se alzaba como un líder mítico que venía a rescatar los lugares santos para los musulmanes, cuyo genio político y estratégico le valieron muchas victorias a la causa musulmana. Fue en 1187 cuando Saladino dirigió la invasión que reconquistó los lugares ocupados por los cruzados, incluyendo, trágicamente para éstos, a Jerusalén.

La tercera Cruzada
En respuesta, en europa, el papa gregorio VII convocó a una tercera cruzada, que esperaba contar con el apoyo de los reyes más poderosos de europa: El rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León, el rey de Francia Felipe II y el rey del sacro imperio romano germánico Federico I Barbarroja. Juntos habrían de levantar una formidable fuerza que contaría con los mismos ideales que la primera, impulsada por la fe en la reconquista de tierra santa. Sin embargo un hecho trágico comenzó a diezmar la tercera cruzada: Federico I Barbarroja caía muerto en los inicios de la campaña y junto con él su ejército se retiraba de la causa cristiana. Ahora caía en las manos de Ricardo Corazón de León y Felipe II de Francia la responsabilidad de recuperar tierra santa. Más sin embargo, Ricardo Corazón de León era un rey aventurero y carismático que encarnaba, al igual que su contraparte Saladino, los ideales de la caballería, demostrando valor a cada momento e inspirando a los hombres a combatir con entrega hasta obtener la victoria. Se dice que tal liderazgo puso celoso a Felipe II, el rey de Francia, quien regresó a Francia, alegando estar enfermo después de haber tomado Acre. Con Ricardo Corazón de León como líder supremo del ejército cruzado, la tercera cruzada se veía cada vez más desesperada.

Ricardo Corazón de León, el máximo representante de la Tercera Cruzada, quien se enfrentó a los ejércitos de Saladino, teniendo que regresar a Inglaterra por los problemas de su patria.

Tras la toma de Acre, Ricardo Corazón de León pidió un rescate por los prisioneros musulmanes que se encontraban en sus manos, y no recibiendo respuesta de Saladino (Acostumbrado a meditar profundamente las decisiones de este tipo) en quince días, mandó a decapitar a 2.700 musulmanes, lo cual provocó la respuesta de las fuerzas musulmanas que se batieron en encarnizadas luchas contra el ejército cruzado, hasta que a finales de 1191 Ricardo Corazón de León recibió noticias de que su hermano Juan sin Tierra y Felipe II conspiraban por el trono inglés. Ante tal urgencia, Ricardo Corazón de León, firmó con Saladino un tratado en el que estipulaba que los cristianos conservarían la franja costera que iba desde Tiro hasta Faffa y sería libre la entrada de peregrinos cristianos a Jerusalén, al igual que a los musulmanes se les permitía el acceso a las mezquitas de La Meca por territorios cristianos.

Las siguientes Cruzadas
Después se organizaron nuevas cruzadas, que cada vez más habían perdido sus objetivos originales, puesto que ahora intervenían otras razones de orden político de las cuáles no se obtuvieron grandes ganancias para la causa cruzada, aunque siempre estuvieron guiadas en apariencia por la fe en la reconquista de tierra santa, y secundadas por el grito "¡Dios lo quiere!". Finalmente, en 1191, las fuerzas musulmanas tomaron San Juan de Acre, la última posesión cristiana en Tierra Santa, poniendo fin a la época de las cruzadas.

Las cruzadas son usualmente clasificadas de la siguiente forma:

la primera, 1095-1101, que culminó con la toma de Jerusalén;
la segunda, encabezada por Luis VII, 1145-47;
la tercera, conducida por Felipe Augusto y Ricardo Corazón de León, 1188-92;
la cuarta, durante la cual Constantinopla fue tomada, 1204;
la quinta, que incluyó la conquista de Damietta, 1217;
la sexta, en la que Federico II tomó parte (1228-29); así como Teobaldo de Champaña y Ricardo de Cornualles (1239);
la séptima, liderada por San Luis, 1249-52;
la octava, también bajo la dirección de San Luis, 1270.

El relato de los templarios de Eliphas Levi

El relato de los templarios de Eliphas Levi
Recientemente he encontrado información acerca de los templarios que resulta muy interesante de comentar. La fuente, sin embargo, no es algo común y corriente, se trata del mismo Eliphas Levi, en su libro "Hechiceros y Magos Célebres" quien textualmente, dice: "Ya es hora de revelar el secreto de su caída (de los templarios) y absolver la memoria de Clemente V y de Felipe El Hermoso".

Los templarios y el templo de Salomón
Los templarios fueron monjes guerreros que peleaban por la fé cristiana, durante la época de las cruzadas, sin embargo, un segundo objetivo era perseguido por sólo unos cuantos que se encontraban en la cima del poder.
Relata el conocido inicio de los templarios con Hugo de Payns a la cabeza del grupo de 9 guerreros, que llegaron a Jerusalén con la consigna pública de proteger a los peregrinos que viajaban a tierra santa, más la versión más popular es que dichos monjes guerreros se les había asignado una vivienda cerca del templo de Salomón, pues bien, en ese tiempo el templo de Salomón ya no existía sino símplemente el terreno, y aún más, el fin secreto de los primeros templarios (que antes de ser conocidos así, se hicieron llamar "Los pobres soldados de Cristo"), era la reconstrucción del templo de Salomón. "Esta reconstrucción, formalmente predicha por los místicos judaizantes, había llegado a ser el deseo secreto de los patriarcas de Oriente. El templo de Salomó, reconstituido y consagrado al culto católico, se convertía en la metrópoli del universo; Oriente dominaba a Occidente y los patriarcas de Constantinopla se apoderaban del papado."
Más acerca de la misión secreta de los templarios, es que habían sacado los modelos de la biblia de los masones guerreros de Zorobabel, quienes laboraban con la espada en una mano y la paleta en la otra y de aquí que la espada y la paleta fuesen insignias de los templarios.

Los templarios y el objetivo Joanista
Y aún con la misión secreta de Hugo de Payns al fundar la orden de los templarios, sirviendo a los patriarcas de Constantinopla, éste tenía otro fin, pues existía en Oriente una secta de cristianos Joanita que pretendía ser la única iniciada en los verdaderos misterios de la religión del Salvador. Más la versión que manejaban quitaba muchas de las bases milagrosas acerca de la concepción de Jesús. "Sostenían que los hechos que se cuentan en los Evangelios no son otra cosa de alegorías, de las que San Juan da la clave cuando dice: 'Podría llenarse el mundo de escritos sobre las palabras y los actos de Jesucristo'; palabras que, según ellos, serían una exageración ridícula si no se tratase de una alegoría y de una leyenda que puede saciarse y prolongarse hasta el infinito."
"Los grandes pontífices de esta secta tomaban el título de Cristo, y pretendían que se sucedían desde San Juan sin interrupción en la transmisión de poderes. El que se engalanaba en la época de la fundación de la orden templaria con estos privilegios extraordinarios se llamaba Tescleto".
Se dice que Tescleto inició a Hugo de Payns, el fundador de los templarios, en los misterios y las esperanzas de su iglesia, seduciéndolo con la idea del soberano sacerdocio y la suprema realeza, designándolo por último como sucesor, siendo él a su vez el líder de los futuros templarios.. De esta manera, en su origen, la orden de los templarios tenía la sombra de la conspiración contra el poder de los reyes y el clero mismo. Los templarios, para el exterior, eran los leales sirvientes de la fé cristiana, más en los altos círculos de poder, los líderes eran los que dirigían la verdadera dirección del movimiento.

El ideal del equilibrio universal de los templarios
Más aún, dicen que la realidad supera la fantasía, y la historia de los templarios no es la excepción. Los planes de los templarios incluían la dominación universal para poseer un mundo en equilibrio con ellos como árbitros de los dueños del mundo. "Adquirir influencia y riqueza, luego intrigar y cuando se necesitase combatir para establecer el dogma joanita, era el fin y los medios propuestos a los hermanos iniciados. Vean, se les decía, al papado y las monarquías rivales andar en regateos hoy, y comprarse, corromperse, y quizá mañana destruirse mutuamente. Todo esto serála herencia del temple, en breve el mundo nos pedirá soberanos y pontífices. Pondremos el universo en equilibrio y seremos los árbitros de los dueños del mundo"
El Joanismo que se practicaba en las reuniones secretas de los líderes templarios, era la cábala de los gnósticos, "muy pronto degenerada en un panteismo místico, llevado hasta la idolatría de la naturaleza y el odio de todo dogma revelado." Más el culto oculto que practicaban los templarios fue evolucionando por la necesidad de conquistar más partidarios para su causa, sosteniendo las rencillas de los cultos caídos y las esperanzas de los cultos nuevos, prometiendo un nuevo mundo, que establecería la libertad de conciencia y una nueva ortodoxia que sería la síntesis de todas las creencias perseguidas. Y tal evolución, dentro de la orden de los templariso, se fue transfigurando hasta caer en el simbolismo de panteístico de los grandes maestros de magia negra. También fue de esta manera como adoraron al ídolo Baphomet.

La ambición de los Templarios
El concepto de los templarios, desde el principio estuvo ligado a un sueño irrealizable. A esto se le sumaba la falta de instrucción, puesto que en su mayor parte, los templarios sólo eran hábiles con la espada. Los Templarios siguieron con presición el plan que se habían trazado, y la estrategia general que se había establecido en su origen: obtener una enorme riqueza que les permitiera comprar el mundo. "En 1312, poseían solamente en Europa más de nueve mil señoríos. La riqueza fue su escollo; se hicieron insolentes y dejaron ver su desprecio hacia las instituciones religiosas y sociales, que aspiraban a derribar."
Ejemplo de la ambición de los templarios, están las palabras de Ricardo Corazón de León, quien en charla con un eclesiástico al que le permitía grandes familiaridades, habló de la siguiente manera. "Señor, tienes tres hija que son muy costosas y que te sería muy conveniente abandonarlas, Son la ambición, la avaricia y la lujuria. - Es Verdad, - dijo el rey. Pues bien, vamos a casarlas; doy la ambición a los templarios, la avaricia a los monjes y la lujuria a los obispos. Y estoy seguro que todos estarán conformes"
Los templarios ambicionaron tanto, y lo hicieron de manera tan evidente que los reyes de la época se pusieron en guardia ante su ambición. Fueron el papa Clemente V y el rey de Francia Felipe IV "El Hermoso" quienes dieron a Europa la señal para realizar el enorme movimiento que fue la detención y encarcelamiento de los templarios.

El fin de los Templarios
"Nunca se ha realizado un golpe de Estado con tal unidad de acción. El mundo entero quedó asombrado y se esperó las revelaciones emocionantes de un proceso que debía causar tanto ruido a través de todas las edades."
El plan de los templarios, era irrealizable puesto que hubiera supuesto la revelación de los secretos de los maestros a la multitud. Acerca de las acusaciones dirigidas a los templarios, se dice lo siguiente (comentado también en el artículo Historia de los Caballeros Templarios):
"Se recurrió a la acusación de magia y se pudo encontrar denunciantes ytestigos. Los templarios, cuando eran recibidos, escupían al cristo, renegaban de Dios, daban al gran maestre besos obscenos, abrazaban una cabeza de cobreque tenía ojos de carbunclo, conversaban con un gato negro muy grande y yacían con diablesas. Y no hubo temores de acusarles seriamente de estas cosas. Ya se conoce el fin del drama y cómo Jaques de Mollay y sus compañeros perecieron en la hoguera; pero antes de morir el jefe del templo organizó o sustituyó la masonería oculta. Desde la prisión, el gran maestre organizó cuatro logias metropolitanas en Nápoles para Oriente, en Edimburgo para Occidente, en Estocolmo para el norte y en París para el sur. El Papa y el rey murieron en breve plazo y de una manera extraña y repentina. Squín de Florián, principal denunciante de la orden fue asesinado. Al romper la espada de los templarios se convirtió en puñal y las paletas prohibidas no construían más que tumbas."
Esta es la versión de Eliphas Levi, el famoso ocultista francés nacido en París el 8 de Febrero de 1810, quien una vez consagrado al sacerdocio, se dedicó a adentrarse en lo oculto, adquiriendo gran conocimiento. Conviene reflexionar acerca de esta información, pues de lo que no hay duda son de las acusaciones a los templarios, incluyendo la iniciación y las misteriosas ceremonias a las que sólo unos cuantos tenían acceso. Sin embargo también resulta curioso que no hubiera una encarnizada resistencia en la hora final de los templarios, ¿Acaso el movimiento organizado por Clemente V y Felipe "El hermoso", fue tan eficaz que no hubo tiempo siquiera de planear la resistencia? ¿O talvez los líderes en el poder aún no se encontraban lo suficientemente encumbrados como para convocar a todo el poder templario para defender el ideal juanista con el que, según Eliphas Levi, fue fundada la orden en un principio? Aunque no hay que olvidar que sólo un reducido número de personajes sabían el último fin que se perseguía, mientras que los demás templarios eran caballeros valerosos que defendían realmente la causa cristiana de la iglesia católica.